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Esta es una de las preguntas más frecuentes que escuchamos en las comunidades a las que impactamos. Y nuestra respuesta (la cual debería ser uniforme en esta profesión) es hacer el señalamiento de que antes de comenzar cada rutina se deben seguir una serie de pasos.
El primero de estos pasos es tomar la decisión de querer mejorar tu
calidad de vida. Hacer ejercicios no se
debe tratar de perder peso y tener grandes músculos. El fin último de esta decisión debe ser la prevención de enfermedades que deterioran nuestra calidad de vida.
Luego que hayas tomado esta decisión por tu Salud y Bienestar, debes hacer el acercamiento a un centro de acondicionamiento físico (gimnasio, salón funcional, profesional independiente, entre otros) y comunicar a un entrenador físico debidamente certificado (licenciado y con sus credenciales al día) tu intención de comenzar una rutina de ejercicios.
Este entrenador solicitara que visites a tu médico y le comuniques tu intención de comenzar una rutina de ejercicios. Luego que tengas la autorización del médico, tu entrenador dará inicio a un proceso de cernimiento.
En el proceso de cernimiento se incluyen ciertas pruebas para conocer tus capacidades. Estas pruebas evalúan desde tu aptitud cardiorrespiratoria y flexibilidad, hasta tu fortaleza. Estas pruebas permiten que el entrenador realice una dosificación de tu rutina de ejercicios según tus propias capacidades. Esta dosificación contendrá ejercicios que te favorezcan y te ayuden a maximizar el entrenamiento. De esta forma, disfrutaras el realizar ejercicios y evitaras lesiones.
En fin, preparar una rutina es un arte que se diseña para cada persona. Una vez tengas tus objetivos claros, debes llevarlos a tu entrenador (debidamente licenciado) y se deben reunir para establecer un plan de acción. Recuerda siempre que más allá de tener un objetivo de apariencia física tu prioridad debe ser la Salud y el Bienestar.